viernes, 5 de enero de 2018

El Mago Danzarín - cuento

Hoy visité a Navidín, el pino de Navidad y al resto de pinos del bosque. Recorrí los cipreses y abedules. Las pequeñas flores multicolores, los lirios y las fresias.
Había árboles altos y más altos, de diferentes tonos de verdes y a sus pies sus compañeras, las flores silvestres y arbustos, piedras, insectos coloridos.
Canté con todos ellos las antiguas canciones que nos dejaron mis abuelos los duendes. Y al terminar de cantar, el Espíritu del Bosque me llamó para hablar. Me contó del gran secreto de la Danza Nueva que tengo que bailar. Su voz era suave, como un susurro, como cuando una mamá acuna en sus brazos a su bebé y me explicó nuestra tradición y lo que yo debía hacer.
El dijo muy serio que yo, el Mago Danzarín, esta noche del treinta y uno de diciembre debería bailar con todas mis ganas la Danza Nueva.
Navidín abría cada vez más sus grandes ojos saltarines, prestando atención al mensaje del Espíritu del Bosque.
Se hizo la hora. La hora en que la luna alumbra con más fuerza el cielo. Di vueltas y más vueltas, soplaba una brisa suave y fresca. Colores y olores como en primavera.
El Mago Danzarín danza con clin, clin. Danza con tan, tan, llenando la Madre Tierra de ¡amor y prosperidad!
 Marisa Avogadro Thomé. De su libro Ojitos de ilusión. Cuentos para Navidad. Colección CuentosComunicarte, Mar y Arte Ediciones, Argentina, diciembre 2014, [ebook]