martes, 2 de enero de 2024

Nour, cuento breve de Marisa Avogadro Thomé

 


Foto familiar 1952


    Desde mi ventana en el primer piso, veía luces y sombras y también rayitos de sol en forma de flor. Tenía la duda si fuera de mi palacio la realidad era en forma de flor o solo mi ventana me mostraba de esta manera el mundo.

    Me deslizaba por los pasillos en puntillas de pie. Todo era silencio este mediodía. Solo se escuchaba mi vestido de bambula blanca impecable con algunos encajes, rozando el piso y el aroma a jazmines de mi piel, que imitaban la enredadera que rodeaba al jardín principal.

    Mi mirada a la distancia no era tan amplia, solo del tamaño de una flor. Mas afuera estaba mi amiga. La distancia para ella no era igual. Corría, saltaba, iba al mercado, al souk, como nosotros le decíamos.

    Cada día era una aventura. Subir y bajar escaleras, recorrer habitaciones y descansar en un mullido sofá, de tela estampada, que adornaba la sala del estar. Era mi preferido. Donde pasaba largas horas imaginando el origen de cada adorno que embellecía el lugar. Mis ojos siempre estaban orientados al gran ventanal. Desde allí, el azul profundo, claro, oscuro, de nomeolvides, de cielo -según la hora del día- el Mediterráneo, me convocaba a soñar.

     Con los años, vinieron otros paisajes y otras vivencias. Los sonidos agudos y típicos de un laúd y un rítmico golpeteo grave y cálido de un derbake, me recordaron esos tiempos y abrí de nuevo mi diario personal.

      Releyéndolo, pensé que quizás, la realidad no brillaba tanto como ese sol al mediodía. Tal vez Túnez estaba en sepia, Nour.

Marisa Avogadro  Thomé, escritora y periodista argentina

Publicado en:  https://revistadiafanis.com.ar/2024/01/nour/-cuento-por-marisa-avogadrothome/

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