La información hoy es considerada
imprescindible tanto para el desarrollo de la ciencia como de las sociedades y
los individuos.
La difusión de los acontecimientos
generados por científicos e investigadores, no siempre es realizada con
claridad ya sea porque las palabras no son comprensibles, porque para muchos
resultan materiales carentes de interés y hasta "aburridos" o porque
las políticas editoriales de los medios no consideran rentables los temas
referidos a la ciencia.
Ahora
bien, podríamos dar innumerables definiciones del vocablo ciencia, más digamos
de ella sólo unas palabras, para situarnos. Por su origen latino, nos remitimos
a conocimiento, práctica, doctrina. Por su definición del diccionario, es el
conjunto de conocimientos sobre la realidad observable, obtenidos mediante el
método científico. Encontramos de esta manera que es condición utilizar un
método. Podemos también aludir a los planteos posmodernos y con la introducción
de la idea de lo cierto y lo incierto, los epistemólogos refieren que la
ciencia está constituída por teorías en perpetua revisión y construcción.
En este entorno, es donde el
periodismo científico deberá realizar su labor formativa y educativa. Se
propone este subgénero periodístico como objetivos la formulación y el
replanteamiento de los problemas de la comunicación de los acontecimientos de
la ciencia al público y el estudio y la puesta en práctica de las posibles vías
de solución.
La difusión de dicho material
científico se debe adecuar al público al que va a llegar, utilizando un código
entendible por esa mayoría neófita en el tema. Evidentemente, así como los
periodistas, médicos, abogados, empleados, estudiantes, tienen palabras que le
son propias, los científicos no escapan a esta realidad.
No menos cierto es que, como cada
medio de comunicación tiene particularidades para difundir los mensajes y que
el público no es homogéneo; sino más bien que está constituido por una serie de
grupos diferentes que a su vez tienen valores, gustos, intereses, experiencia
que no serán las mismas; la tarea resulta de mayor complejidad.
Por
lo tanto , habrá que prestar atención tanto al plano de las palabras como a la
organización de las mismas, es decir, al código y el modo de trasmitirlo,
adecuándolo también al marco de referencia con el que se está trabajando.
Otro detalle a tener en cuenta es que,
si por ejemplo hablamos de un descubrimiento que daremos a conocer en media
cuartilla de un periódico, a veces esto no es el espacio suficiente, y por lo
tanto, la simplificación del tema debe realizarse con los cuidados necesarios
para no desvirtuarlo en función de la escasez de centímetros.
Deberían incluirse en la agenda setting los temas de ciencia, adonde al
igual que con otros temas relevantes, muchas veces se aprecia un
"divorcio" entre las políticas editoriales, las públicas y las necesidades
de los individuos.
La situación social actual nos deja
observar que es imprescindible entender el conocimiento y popularizarlo, ya que
cada día es mayor la brecha entre las nuevas tecnologías de la comunicación y
la información, el avance constante de los descubrimientos en áreas como la
ingeniería genética, biología molecular (por nombrar sólo algunas) y lo que la
gente realmente entiende de lo que pasa a su alrededor.
Mientras menos se sabe y comprende,
más temor se tiene. Y la ciencia, lejos de estar escindida y ubicada en un
anaquel inalcanzable de nuestra biblioteca, está cada día más, mediando
nuestros actos cotidianos.
Sin olvidarnos, que existen grandes
diferencias entre los países con un alto desarrollo científico-tecnológico y
los que están en vías de serlos; que hay profundas diferencias entre los
miembros de las sociedades; la imperiosa necesidad de convertir a los temas de
ciencia en temas de real interés y convocatoria; la necesidad de buscar los más
óptimos sistemas de trasmisión y almacenamiento de información y una larga
lista a completar.
Comunicadores
y lenguaje
Por todo lo que hemos detallado en los
párrafos anteriores, contamos específicamente para esta tarea con el periodismo
científico y con los profesionales de la comunicación preparados en estas áreas
del conocimiento, que actuarán como mediadores entre la producción de la
ciencia y el público mayoritario; sin embargo, será responsabilidad compartida
el resultado final de este trabajo: tanto de los que generan los procesos
científico - tecnológicos, como de los medios informativos y de las
instituciones educativas.
Más allá de que algunas ciencias como
la química, nos pueden dar fórmulas y sabemos que para obtener agua necesitamos
dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, sería pretencioso dar "la
receta" para difundir adecuadamente temas de ciencia y tecnología. No
obstante ello, daremos una serie de recomendaciones a tener en cuenta: utilizar
un lenguaje sencillo, claro, breve, ordenado, sin abusar de las adjetivaciones
y sin ludir recursos idiomáticos y del ingenio que harán nuestro material más
atractivo. Evitar términos ambiguos o que generen ambigüedad en el relato.
Cuando se emplean tecnicismo, definirlos, al igual que escribir las siglas con
el nombre completo a que corresponden y si es el caso, ubicar geográficamente
al público; basta con colocar el nombre del país de origen entre paréntesis.
Valerse de los recursos como el humor, el entretenimiento, la imaginación,
recordemos que puede ser el humor un buen recurso para captar la atención y que
ello no implica que el estudio no sea serio. Sin dejar de mencionar que cada
autor le imprime su sello personal al trabajo.
Finalmente, el periodismo científico
aludido, parte de una base de conocimiento y conciencia tanto sobre un tema
como de los individuos, que debe constatar la seguridad y confiabilidad de sus
fuentes ( merece un estudio a parte la confiabilidad , por ejemplo, del
material que circula por la Red); su capacidad de comparación, de informar y
explicar conforme a un marco socio-económico-histórico y político,
contextualizando la información y también, la necesidad desde los centros de
estudio de periodismo y comunicación, de profesionalizar esta tarea de los
periodistas científicos.
Mtra. Marisa Avogadro Thomé. Columna "Comunicarte", revista "Razón y Palabra", México, N 30, enero de 2003. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/comunicarte/2003/enero.html