De sólo meses y ya tiene
estampa. Rojizo y con manchas blancas.
Con porte de campeón y mirada lejana. Da pasitos y trotes, jugueteando a las
escondidas en el bosque.
Rojizo su pelo, como la
pasión que lleva en su alma. A
campo abierto galopa y sus crines se agitan, en noches de cielo puro, en
noches de luna blanca.
Al llegar la mañana
llega a paso lento. Busca mi mano con ternura, saca un terrón de azúcar y
vuelve a desafiar al viento.
Rojo como el fuego
recién encendido, como tu amor y el mío. Alazán criollo de raza, mi alazán
bravío.
Marisa Avogadro Thomé. Periodista - Escritora
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