Te convido un verde.
Un verde de esperanza,
de sinrazón y alegría.
De los campos que nos rodean,
de tu ilusión y la mía.
Un verde de pasto tierno
recién mojado por el rocío.
Como el amor que se siente
y
está recién florecido.
Verdes oscuros y claros,
como la esperanza y el río.
Como la risa suave
junto a la ribera y el niño.
Verdes de árboles y pájaros.
Verdes de dulces y trinos.
Te convido un verde de jade,
de Venus. Un verde marino.
Para cuando te sientas solo,
pienses que estás conmigo.
Marisa Avogadro Thomé. Periodista - Escritora
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