Lentamente comenzó a saborear sus suaves y carnosos labios.
Respiró profundamente, la abrazó y unió sus labios a los de ella con pasión.
Inmediatamente el cuerpo de ella tembló sin poder ocultar el sentimiento.
Sintió fundirse en su boca chocolate negro. Sintió toques de
pimienta que aumentaron su deseo.
E inmediatamente después, corrió por sus
brazos leche de coco, que él pasó con dedicación, para que el sol brillara en
su piel fresca.
Y luego de la frescura, volvió el calor y el deseo. Comenzó
nuevamente a besarla, bajo el ardiente sol de enero.
Marisa Avogadro Thomé. De su libro: Pasión a la Madrileña. Cuentos Gastronómicos A la carta. Mar y Arte Ediciones, www.amazon.es, julio de 2014.
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