Esperaba la respuesta a la pregunta que era simple, sencilla, como era
su costumbre El tema es que había
colocado en la coctelera casi todos los ingredientes que en la vida cotidiana, acostumbraban
a utilizar las personas que no podían ponerse en los zapatos del otro y faltaba
solo el ingrediente que era secreto. Quería saber cómo sería un trago de este
estilo, el que realmente no disfrutaba de ninguna manera.
Siguiendo la preparación de la gente especialista en el tema, puso primero
varios hielos de impiedad, para que al mezclar este batido, tuviera suficiente
agua y frio la mezcla . A continuación, le agregó un vaso grande de
manipulación, para al decir de los entendidos: conseguir “patear el tablero”.
Luego varias cucharadas de actitudes erráticas, para que cuando las
personas lo probaran, quedaran lo
suficientemente desorientadas. Le siguió una copa grande de irresponsabilidad y mucha
soberbia, de modo que los demás sintieran presión e impaciencia.
Finalmente, mezcló enérgicamente todos los ingredientes, para obtener un
sabroso cóctel como de pimienta.
Y si ya llegó al final de la receta y tuvo la dicha de solo probar un
sorbo de esta mezcla, está a tiempo de no terminar con el contenido de la
coctelera. Y recuerde: esta bebida está prohibida para personas con corazón
funcionando, en su perfecta manera.
Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia y si le invitan
a beber un cóctel errático, piénselo
antes de la próxima fiesta.
Marisa Avogadro. Periodista. Escritora. 24 de noviembre de 2015.
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