El conocimiento del mundo se ha transformado en una necesidad para vivir, además de lo que pueden ser ganas intelectuales de conocer. El tema es como llegar a la información en una sociedad tecnologizada y más aún, con qué parámetros evaluarla, seleccionarla, compararla y en definitiva articularla para analizar. Y además vincularla con términos cotidianos como: crecimiento, competitividad, optimización de recursos, saturación informacional e hiperinformación.
Frente a todo ello dicha información, al decir de Edgar Morin, debería ser vista conforme a: el contexto (ubicación de informaciones y elementos para que cobren sentido) , lo global (como se relaciona las partes con el todo), lo multidimensional (que se abarca desde diferentes perspectivas) y también lo complejo (que emana como lógica consecuencia). En este universo de los medios de comunicación es donde observaremos que sucede con los materiales informativos.
Una mirada más allá...
El empleo de las nuevas tecnologías y el acceso a la información no resulta equitativo desde las posibilidades de conocimiento que tiene el usuario de ellas hasta el modo de planteo de los materiales.
Nos interesa en esta instancia decir que si bien comenzamos a hablar de las autopistas de la información entrados los años 90, recordemos que el acceso masivo a la red se dio a partir de 1991 y a la Argentina llegó en 1995. Mas no en todos los países como tampoco en todas las personas, han influido de la misma manera. Hoy en la web se leen periódicos de cualquier parte del globo, se accede a las bibliotecas y sitios de casi todas las universidades, se compra y se vende de todo. Hay miles de bases de datos, información gratuita, información paga, información de fuentes confiables e información de procedencia dudosa, ineficiente y en algunos casos delictual. Y la necesidad de apurarse por intentar salvaguardar los baches en materia legislativa, ante la escasa reglamentación.
Cuando se busca una palabra en Internet puede encontrarse millones de entradas. Qué persona podría leer tantas entradas?. No todas ellas conectan efectivamente con algunas páginas; otras no se encuentran, o están cerradas, o son repeticiones. Encontramos vacíos, dispersión, repetición, páginas confiables, páginas de fuentes inciertas.
Como a Internet la estamos viendo desde esta nueva mirada, como un medio de comunicación, al igual que en todos ellos su línea editorial se evidencia a través por ejemplo de la posición en el resultado de búsqueda de una palabra; en las páginas pagas o gratuitas. Pensemos de cuántos factores depende que una página aparezca primera en un listado y no última. O bien, ingresada una dirección http, cuánto tiempo tardan en publicarse si se la ubica de forma gratuita o bien con la posibilidad de pago, que está en ocho días. No es lo mismo el resultado que arroja una búsqueda en un directorio, en un motor de búsqueda o en un metabuscador. Unos restringen la búsqueda y otros la amplían; por eso depende del uso que se realice y del conocimiento que tenga el cibernauta, los resultados que se obtendrán.
Un valor agregado
La red de redes no es sólo una herramienta telemática sino también un verdadero medio de comunicación, con un sentido de ubicuidad: de esa presencia simultánea en varias partes al mismo tiempo, que desafía los cánones tradicionales de los medios de comunicación por una parte y de los de la sociedad por otra.
Paralelamente a los planteos de la sociedad real se encuentran los de la sociedad virtual. Simultaneidad de tiempo y espacio, múltiple circulación de información, posibilidad de “emisores anónimos”, con lo que conlleva el anonimato, más allá de ser un hecho de absoluta libertad, plantea el hecho de ampararse en dicho anonimato para cometer ilícitos que atentan contra las personas, Ante ello, está la necesidad de establecer la confiabilidad de las fuentes informativas y comprender que a la vez se presentan hechos, imágenes y discursos reales; virtuales y también adulterados.
Coexistiendo, desde lo diferente, las nuevas tecnologías nos abren a un panorama del mundo del "cambio"; donde la información comienza a percibirse como un valor agregado de la economía. La información constituye sin lugar a dudas un elemento de poder, toda vez que quien está mejor informado o tiene el modo de propalar mayor cantidad de información, será también el poseedor de las mayores oportunidades. Donde pensar que el tiempo y el espacio se mueven de forma simultánea en todas direcciones y que las informaciones llegan de millones a millones, nos hace considerar o bien reconsiderar la influencia de la tecnología y de los medios de comunicación en los múltiples ámbitos sociales y considerar lo indispensable de conseguir una información confiable, pertinente y segura.
Mtra. Marisa Avogadro Thomé. Columna "Comunicarte", Revista "Razón y Palabra",N39, junio 2004. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/comunicarte/2004/junio.html
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