La argentina Marisa Avogadro (periodista y máster en comunicación y educación), han logrado, con estas pequeñas y deliciosas historias, una obrita plena de ternura, delicadeza y fantasía. Cualidades que se unen, entrecruzándose, con una sutil forma de bondad esencial, para llegar al alma del niño e impregnarla, al mismo tiempo que lo entretienen, de un principio rector ineludible: la forma de obrar para la pa, en este mundo nuestro tan lleno de desesperanza.
Aquí conviven maravillosamente: niños, duendes, pequeños animales, árboles, mariposas, estrellas y hasta ondas de radio… Avogadro trabaja contra la violencia y la destrucción de la inocencia primordial, y sí, a favor del amor universal. Aquí aparece, a través del mundo íntimo y cotidiano, toda la magia, a veces inadvertida, que existe en los seres y los elementos que nos rodean. Y por medio de ese recursos simple y carismático a la vez, la autora consigue, sin proponérselo, una pequeña gran obra de narrativa infantil.
Vaya, entonces, a Marisa, nuestra enhorabuena y especialmente nuestro agradecimiento en nombre de todos los niños que accedan a este libro.
Marta de Arévalo: escritora uruguaya. Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe “Gabriela Mistral” 2000 – París, Francia.
