Cotidianamente desde los mensajes de los diferentes medios de comunicación nos informan sobre avances científicos, descubrimientos, inventos. Mas la relación existente entre ciencia y periodismo se remonta a varios siglos.
Mientras hablamos del siglo 19 como el momento en que se establece este binomio como el actual, otros referencian que ya en el año 400ª.C. encontrábamos materiales de difusión. Sin embargo, dejaremos la historia para otro momento y nos ocuparemos de ver que sucede hoy con la comunicación de estos acontecimientos.
Como ya hemos explicado en columnas anteriores, comunicar es poner en común, en esta instancia, a la ciencia y sus áreas de acción, a través de una actividad, la periodística, que intenta establecer puentes de unión o ejercer una función de mediación entre los productores del conocimiento científico y el público en general.
Deberíamos tener en cuenta que en este camino de difusión, los intermediarios o mediadores serían tres: los que producen ciencia y tecnología; los medios informativos y los medios educativos.
Esta labor, sencilla de explicar, presenta una complejidad mayor al situarnos en el universo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) como las que disponen hoy los seres humanos.
Paralelamente a esta situación, atendemos a la aceleración de la producción de conocimiento científico, a la pérdida de barreras de tiempo y espacio, a una ciencia que viene transitando caminos de certezas pero también ahora de incertidumbres; a un crecimiento a la enésima potencia en cuanto materiales referidos a ciencia y fuentes donde encontrarlo existen y bases de millones de datos. Situación influenciada por las NTIC y que ha modificado el panorama inicial de este periodismo científico, que antes tenía grandes inconvenientes para acceder a las fuentes de información. Sumado al tema recurrente de la dicotomía entre científicos y periodistas.
Esto nos lleva a plantearnos de que cuando estamos trabajando para difundir materiales científicos, debemos primero detectar cuáles son y la valoración real de los mismo y luego su desarrollo. Frente a las posibilidades que nos brinda por ejemplo Internet, donde al colocar la palabra "ciencia" en el motor de búsqueda www.google.com.ar nos da una entrada de 1.700.000 en 0,07 segundos, el trabajo de búsqueda y selección ya es arduo e imposible de abarcar en su totalidad.
El periodista que desea comunicar hechos científicos debe contar con antecedentes (background) sobre la temática a tratar y también para realizar justamente la selección y valoración referida. Asimismo, la multiplicidad de áreas científicas conduce a nuevos inconvenientes, ya que es imposible conocer todo de todo, motivo por el cual aparecen cada vez más subespecialidades. Por ello, se debe contar con personas con capacidad de analizar la realidad y poder proyectar evoluciones o desarrollos venideros en el seno social.
Por lo tanto, para comunicar la ciencia, nos encontramos con inconvenientes debido a la extensión y complejidad de la misma, la hiperinformación conseguida a través de las NTIC y los procesos de continuo cambio histórico.
Edgar Morin plantea la difícil tarea del hombre actual para poder estar informado en un universo donde se conjugan lo global, el contexto, lo complejo y lo mutidimensional. Circunstancia en la que entra en juego también la esfera de los procesos de globalización e integración a los que asisten las sociedades en la actualidad y donde el planteo de las políticas en materia de ciencia y tecnología, tanto como de los medios de comunicación, transitan un nuevo camino. Por una parte las realidades locales, por la otra las regionales y globales y finalmente un intento de convivencia entre ambas.
Nos alcanzaría un ejemplo para abordar el tema de los procesos de cambio y aceleración social. Desde 1456 cuando se inventa la imprenta al próximo invento que modificará sustancialmente la impresión manual para hacerla mecánica, la linotipia, que será a finales del 1700, pasaron trescientos años. Hoy una impresora sale al mercado y a los tres meses hay un modelo más pequeño, más liviano, más económico, más...
A todo lo señalado, debemos agregar las políticas editoriales de los medios de comunicación que en muchos casos evalúan a los temas de ciencia y tecnología como pocos atractivos y en esta carrera el raiting es determinante al momento de decidir que va y que no. Paralelamente, aparecen en los periódicos, por ejemplo, suplementos de informática, ya que los ciberusuarios se multiplican día a día o bien informaciones referidas a acontecimientos astronómicos curiosos. O los programas televisivos referidos a temas de salud. Sin embargo, una ausencia manifiesta es el tema de la comunicación, abordada desde un planteo científico, asunte sin aviso en varios medios.
Mientras hablamos del siglo 19 como el momento en que se establece este binomio como el actual, otros referencian que ya en el año 400ª.C. encontrábamos materiales de difusión. Sin embargo, dejaremos la historia para otro momento y nos ocuparemos de ver que sucede hoy con la comunicación de estos acontecimientos.
Como ya hemos explicado en columnas anteriores, comunicar es poner en común, en esta instancia, a la ciencia y sus áreas de acción, a través de una actividad, la periodística, que intenta establecer puentes de unión o ejercer una función de mediación entre los productores del conocimiento científico y el público en general.
Deberíamos tener en cuenta que en este camino de difusión, los intermediarios o mediadores serían tres: los que producen ciencia y tecnología; los medios informativos y los medios educativos.
Esta labor, sencilla de explicar, presenta una complejidad mayor al situarnos en el universo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) como las que disponen hoy los seres humanos.
Paralelamente a esta situación, atendemos a la aceleración de la producción de conocimiento científico, a la pérdida de barreras de tiempo y espacio, a una ciencia que viene transitando caminos de certezas pero también ahora de incertidumbres; a un crecimiento a la enésima potencia en cuanto materiales referidos a ciencia y fuentes donde encontrarlo existen y bases de millones de datos. Situación influenciada por las NTIC y que ha modificado el panorama inicial de este periodismo científico, que antes tenía grandes inconvenientes para acceder a las fuentes de información. Sumado al tema recurrente de la dicotomía entre científicos y periodistas.
Esto nos lleva a plantearnos de que cuando estamos trabajando para difundir materiales científicos, debemos primero detectar cuáles son y la valoración real de los mismo y luego su desarrollo. Frente a las posibilidades que nos brinda por ejemplo Internet, donde al colocar la palabra "ciencia" en el motor de búsqueda www.google.com.ar nos da una entrada de 1.700.000 en 0,07 segundos, el trabajo de búsqueda y selección ya es arduo e imposible de abarcar en su totalidad.
El periodista que desea comunicar hechos científicos debe contar con antecedentes (background) sobre la temática a tratar y también para realizar justamente la selección y valoración referida. Asimismo, la multiplicidad de áreas científicas conduce a nuevos inconvenientes, ya que es imposible conocer todo de todo, motivo por el cual aparecen cada vez más subespecialidades. Por ello, se debe contar con personas con capacidad de analizar la realidad y poder proyectar evoluciones o desarrollos venideros en el seno social.
Por lo tanto, para comunicar la ciencia, nos encontramos con inconvenientes debido a la extensión y complejidad de la misma, la hiperinformación conseguida a través de las NTIC y los procesos de continuo cambio histórico.
Edgar Morin plantea la difícil tarea del hombre actual para poder estar informado en un universo donde se conjugan lo global, el contexto, lo complejo y lo mutidimensional. Circunstancia en la que entra en juego también la esfera de los procesos de globalización e integración a los que asisten las sociedades en la actualidad y donde el planteo de las políticas en materia de ciencia y tecnología, tanto como de los medios de comunicación, transitan un nuevo camino. Por una parte las realidades locales, por la otra las regionales y globales y finalmente un intento de convivencia entre ambas.
Nos alcanzaría un ejemplo para abordar el tema de los procesos de cambio y aceleración social. Desde 1456 cuando se inventa la imprenta al próximo invento que modificará sustancialmente la impresión manual para hacerla mecánica, la linotipia, que será a finales del 1700, pasaron trescientos años. Hoy una impresora sale al mercado y a los tres meses hay un modelo más pequeño, más liviano, más económico, más...
A todo lo señalado, debemos agregar las políticas editoriales de los medios de comunicación que en muchos casos evalúan a los temas de ciencia y tecnología como pocos atractivos y en esta carrera el raiting es determinante al momento de decidir que va y que no. Paralelamente, aparecen en los periódicos, por ejemplo, suplementos de informática, ya que los ciberusuarios se multiplican día a día o bien informaciones referidas a acontecimientos astronómicos curiosos. O los programas televisivos referidos a temas de salud. Sin embargo, una ausencia manifiesta es el tema de la comunicación, abordada desde un planteo científico, asunte sin aviso en varios medios.
Finalmente, diferentes son las realidades socio - político - económicas de los países latinoamericanos frente a los postindustrializados y estas diferencias repercuten directamente sobre la relación ciencia-individuos-medios.
Comunicar es poner en común, en este caso, situaciones diferentes, personas distintas, entornos también distintos, que intentan coexistir en una pretendida integración.
Hiperinformación conviviendo con informaciones escasas en determinadas temáticas científicas, ausencias de temas, insuficiente cantidad de personas preparadas para esta tarea, determinadas políticas editoriales de medios, escasos recursos en países de economías deprimidas con problemáticas sociales complejas, visiones prejuiciosas, son sólo algunas de las variables con las que se encuentra hoy el periodismo científico para comunicar la ciencia. A su vez, variedad de programas televisivos, de periódicos en soporte gráfico, aunque no todos aborden temas científicos. Publicaciones con soporte on-line que han alcanzado una diversidad temática nunca vista y que pertenecen a instituciones privadas, públicas, gratuitas, pagas, con políticas de difusión y sin ellas, en algunos casos con fuentes informativas confiables y seguras y en otros con falta de parámetros de evaluación, para que el público en general pueda saber si la información de la web es real y científica. Una sociedad real conviviendo con una sociedad virtual. Y el periodismo científico intentando brindar caminos de certidumbres donde la falta de conocimiento tiñe de temor lo cotidiano. Temor a la ingeniería genética, a la bioingeniería, al desempleo, la inseguridad, los virus, la hiperinformación y la falta de información o el acceso a la misma.
Comunicar es poner en común, en este caso, situaciones diferentes, personas distintas, entornos también distintos, que intentan coexistir en una pretendida integración.
Hiperinformación conviviendo con informaciones escasas en determinadas temáticas científicas, ausencias de temas, insuficiente cantidad de personas preparadas para esta tarea, determinadas políticas editoriales de medios, escasos recursos en países de economías deprimidas con problemáticas sociales complejas, visiones prejuiciosas, son sólo algunas de las variables con las que se encuentra hoy el periodismo científico para comunicar la ciencia. A su vez, variedad de programas televisivos, de periódicos en soporte gráfico, aunque no todos aborden temas científicos. Publicaciones con soporte on-line que han alcanzado una diversidad temática nunca vista y que pertenecen a instituciones privadas, públicas, gratuitas, pagas, con políticas de difusión y sin ellas, en algunos casos con fuentes informativas confiables y seguras y en otros con falta de parámetros de evaluación, para que el público en general pueda saber si la información de la web es real y científica. Una sociedad real conviviendo con una sociedad virtual. Y el periodismo científico intentando brindar caminos de certidumbres donde la falta de conocimiento tiñe de temor lo cotidiano. Temor a la ingeniería genética, a la bioingeniería, al desempleo, la inseguridad, los virus, la hiperinformación y la falta de información o el acceso a la misma.
Mtra. Marisa Avogadro Thomé. Columna "Comunicarte", N34, setiembre 2003. Revista "Razón y Palabra", México. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/comunicarte/2003/septiembre.html
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