México, diciembre de 2010
Durante el año en curso se han producido en el mundo varias crisis debido a catástrofes naturales en algunos casos y en otras, no. Lo cierto es que tanto terremotos, maremotos, epidemias, derrumbes; en temas de comunicación, han compartido el ser comunicadas, seguidas, desde el medio de comunicación del Tercer Milenio: Internet. Desde el mismo escenario de los hechos en algunas ocasiones y en simultaneidad a cómo estaban ocurriendo en algunos casos, con diversas características.
En esta instancia, nos referiremos a lo sucedido con las comunicaciones mediadas por tecnologías en el terremoto del 27 de febrero en Chile.
Escenario de la catástrofe
Se sintió un leve susurro. Fue increscendo hasta llegar a un grito descarnado e interminable. Grito de impotencia, de auxilio, Madre Tierra. Y vinieron voces y más voces, ensordecidas, de angustia, de temor, de silencio… Todo sucedió en tres minutos eternos.
A los gritos de la personas, la oscuridad, se sumaron sirenas, bomberos, policías, ambulancias. Alarmas de vehículos que sonaban incesantes sin control. Personas sin control… Estallido de vidrios por doquier. Esto era en pocas palabras lo que muchos vivimos en el terremoto ocurrido el 27 de febrero en Chile, lugar en el cual me encontraba, en el oeste del país, cerca de la costa.
Inmediatamente, todos los que habían podido salir con sus celulares intentaban sin cesar comunicarse con sus familias. No importa la marca ni el modelo del mismo. Las comunicaciones, como muchos edificios, habían colapsado. La electricidad se cortó y las posibilidades de intervención primaria desde la seguridad privada, en muchos edificios y hoteles, no estaba presente. Electricidad y comunicación, elementos vitales de la seguridad de un país.
La gran pregunta sobre qué haría Usted un día sin Internet, estaba ahora por encontrar la respuesta al alcance de la mano. Agravada la situación porque no era un día más, sino el día de uno de los terremotos más fuertes registrados en la historia. Uno de 8.8 en la escala de Richter. Por eso, se intentará dar un esbozo de cómo los ciudadanos intentaban comunicarse ante esta catástrofe.
Nuevas Tecnologías
Con los sistemas de comunicación colapsados, todo se hizo más dificultoso. Algunas localidades quedaron momentáneamente sin luz, mientras en otras regresó horas después. Desde esos lugares comenzaron las trasmisiones radiofónicas, que eran seguidas en el caso de las personas que estábamos a la intemperie desde las 03.40hr. de la madrugada, a través de pasajeros que fueron hasta los vehículos y encendieron las mismas. Ningún celular andaba, ni para llamar dentro ni fuera del país, fueran con base Chile o del exterior.
Pasadas algunas horas, se retomaron en diferentes partes, las comunicaciones vía celular dentro del país y sólo para algunas ciudades. Concepción estuvo colapsada totalmente, entre otras. Las redes sociales, como Facebook, Twitter, desarrollaron una tarea de acompañamiento y búsqueda de personas, pero hay que tener en cuenta, que en algunas ciudades, por ejemplo Viña del Mar, se han pasado más de 24 hr. sin conexión a la Web, y que luego regresaba por zonas; entonces, las nuevas tecnologías eran sumamente útiles, en tanto y en cuanto había conexiones. Algunas personas ubicaban a familiares y llevaban a cargar celulares y computadoras portátiles a otros domicilios, para que cuando llegara la noche, al menos los celulares se pudieran utilizar, si se contaba con enlace.
Las nuevas tecnologías también permitieron mostrar al mundo imágenes, sonidos, muertes, desolación, una catástrofe transmitida desde el escenario de los hechos; que han sido conocidas a través de todos los medios periodísticos ya sea por sus soportes tradicionales, sus sitios electrónicos y las páginas personales (blogs) de usuarios de todas partes del mundo.
Pasado unos días, medios de reconocida trayectoria como “El Mercurio”, motores de búsqueda como Google, entidades de gobierno y no gubernamentales; armaron páginas especiales para realizar contactos entre personas buscadas, listas de fallecidos, dirigir la asistencia, reclutar voluntarios y un largo etc. También, aprovechando situaciones de desolación, temor, hubo gente en distintas partes del planeta, que intentaron lucrar con el sufrimiento ajeno. Y como siempre, las nuevas tecnologías que nos acercan y nos alejan, y nos instalan en un universo de convivencia de polaridades, demuestran una vez más que su uso y su función en la sociedad, dependen como siempre de la decisión humana de valorar, en este caso, la solidaridad por el prójimo.
Estrategias ante la crisis
Y miré al cielo al alcanzar la calle, justo cuando se produce la segunda réplica fortísima y me asombró la calma del cielo azul profundo, inundado de estrellas brillantes como nunca, casi al alcance de la mano. Con sólo la luz de la luna llena iluminando nuestra esencia.
Y recordé uno de los axiomas de la comunicación que tanto hemos estudiado, todo comunica, es imposible no comunicar. Todo comunica: las formas, los colores, los sonidos, los gestos, los movimientos. Mas lo más importante a tener en cuenta en situaciones de catástrofes es que como todo comunica, hay que comunicar calma, que es lo que salva vidas. Porque es lo único que permite al pensamiento reflexivo actuar, aún, cuando todo lo aprendido sobre seguridad no puede ser puesto en práctica, porque las condiciones son diametralmente opuestas a lo previsto. Pero que esta calma la da el entrenamiento para saber cómo actuar en casos de emergencia.
La comunicación encontró en esta catástrofe su estrategia. Coordinó los recursos de los cuales disponía para poder brindar la opción que fue válida y hacer frente a la situación. Ante la falta de electricidad, de enlace, de comunicaciones mediadas por nuevas tecnologías; los seres humanos encontraron la forma de extender un puente de unión para ofrecer auxilio, acercar personas, informaciones… Un puente de solidaridad y alivio.
Mtra. Marisa Avogadro Thomé. Columna "Comunicarte", revista "Razón y Palabra", México, Diciembre 2010.
Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/comunicarte/2010/carte10_nov_rdessocialesencrisis.html