Estamos en un mundo globalizado, donde una gran red nos reúne, con un tejido invisible y presente. Y donde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) han modificado todas las instancias sociales y su influencia se está evidenciando en el área comercial, tanto para la compra como venta de productos y servicios; entre otros.
Las personas pueden adquirir productos y servicios en negocios tradicionales y a través de páginas de Internet; publicidades enviadas por correo electrónico (e-mail); etc. Millones de sitios electrónicos inundan el ciberespacio con las ofertas más increíbles: de un extremo al otro del planeta. Desde una conexión a Internet desde su casa, una oficina, un café o bien desde un celular; a sólo un click de distancia, se puede comprar desde un barco hasta una hoja de papel. Todo es posible en la Red.
La pregunta es: si es seguro hacerlo o bien, a qué deberíamos prestar atención para que así lo fuera.
Las estafas
Se puede mencionar, respecto de las estafas y los estafadores, que las características de su modalidad para cometer ilícitos en la vida real, se reproducen en el mundo virtual a saber: una persona dedicada a estafar muestra socialmente una buena imagen, es carismático, ejerciendo de modo encubierto un manejo de las personas y las situaciones, mimetizado con el entorno, para poder acceder a sus víctimas y donde no interesa el lugar social que ocupe, porque la estafa no distingue posiciones laborales, color ni religión. No se le conocen a este “vendedor de ilusiones” su verdadera forma de ser y actuar. Así, con las páginas webs desde las cuáles se producen las estafas, también se imita perfectamente el ser páginas confiables y serias, de negocios de envergadura; que se manejan con todas las condiciones de seguridad informática necesarias y en cuyo recorrido, el usuario puede navegar tranquilamente.
Siguiendo con las similitudes de los “modus operandis” de la vida real: así como no se debería ir a comprar un automóvil que se ofrece a un 20% de su valor real en un anuncio publicitario, porque seguro su compra traerá problemas legales; tampoco crea en un anuncio de Internet que le ofrece un producto caro absolutamente gratis o a un 10% de su valor real. Como dice el refrán: “cuando la limosna es grande…”.
Tener presente, como se ha abordado desde este espacio en otras oportunidades, que hay que ser cautelosos con la información personal que se comparte en las redes sociales: direcciones, teléfonos, celulares, números de documentos, números de tarjetas de créditos. No somos nosotros y la “posible página de Internet” que estamos comunicados en un momento. Es un mundo globalizado detrás de una red gigante que nos reúne. Sería nada recomendable, compartir en una red social donde se van a juntar con sus familiares, amigos, para las reuniones por ejemplo, dando lugar, fecha y hora. Hay mucha gente leyendo también sus mensajes, y pueden no ser quienes dicen ser y horas más tarde, aprovechando su ausencia, su casa está desvalijada.
Empresas reconocidas trabajan con un sistema de seguridad en sus sitios electrónicos, que para concretar la operatoria comercial, aparece en el rectángulo superior de su pantalla, el ícono de un candado y dentro de la dirección de la página la palabra https, lo que indica que esa página cuenta con una protección mayor, aunque también se podría plagiar.
Por todas las noticias referidas a conexiones gratuitas inalámbricas, los expertos aconsejan no emplearlas para realizar compras electrónicas.
Finalmente, tener siempre los antivirus y demás protecciones de seguridad que tenga en su computadora, actualizados; porque permanentemente aparecen nuevas amenazas.
Sugerencias para evitar estafas
Lejos de desistir en sus compras y su comodidad para realizarlas, sólo es necesario, en la mayoría de los casos, pensar antes de actuar y no dejarse llevar por propuestas comerciales “tentadoras” pero también “irreales” y manejarse con soltura con las nuevas tecnologías, porque el temor y el desconocimiento caminan de la mano y el mejor antídoto para las estafas y los estafadores, es precisamente, conocer su operatoria, en este caso comercial.
Es conveniente realizar las compras desde sitios electrónicos de marcas comerciales conocidas en el mercado y tomar en cuenta las sugerencias ya señaladas antes de hacer click con el mouse para comprar.
Finalmente, tanto en la vida real como en la virtual, muchos habremos sido sorprendidos en nuestra buena fe o podríamos llegar a serlo, por estas personas que estafan tanto real como virtualmente; porque detrás de una página o sitio electrónico desde donde se cometen estos ilícitos; siempre hay una o varias personas responsables de ellos.
Por lo tanto, y al mejor estilo de serie de ficción: “cualquier parecido de estas situaciones relatadas con la realidad, son sólo una coincidencia”. Coincidencia real y virtual. Por ello, actuemos con seguridad, sin ingenuidad, con precaución, intentando minimizar riesgos.
Mtra. Marisa Avogadro Thomé. Investigadora Línea Externa, Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura, ITESM, México y Consultora de Argentina. Columna "Comunicarte", revista "Razón y Palabra", abril 2011, México. Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/comunicarte/2011/estafas.html
sábado, 17 de enero de 2015
Ciber rutas de la información: sugerencias para evitar estafas
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