Veo una luz
pequeñita. Se prende y apaga. Corre y corre y yo voy tras ella, pero no la
puedo alcanzar.
Ay! Ahí viene otra y otra más.
Prenden y apagan. Parece que estuvieran tocando alguna música. Imagino sonidos
por el campo abierto, en el profundo silencio nocturno. Miro al cielo y veo la
luna que nos escucha y baila con cascabeles atados a su cintura.
Hagamos una ronda, es noche de
juegos. Eh! Bichitos de luz, los llamo.
Hagamos una ronda, es noche de juegos.
Prenden y apagan permanentemente,
estos pequeñitos habitantes de la naturaleza, que sólo se ven a esta hora.
Farolitos suspendidos en el aire, nos están
alumbrando hoy a todos.
Danzan las lechuzas y un pájaro que se acaba
de despertar por el ruido. Y se unen a nosotros mi perro que juega con su cola
y un conejo saltarín. Ronda, ronda, redonda, llegan los sapitos y los
caracoles. También vienen las liebres y
se juntan al ritmo de las tortugas. Estamos de fiesta. El cielo azul nos mira y
nos acompañan las estrellas.
Luz, luz, somos bichitos de luz...
Marisa Avogadro Thomé. De su libro: "Un viaje imaginario. Cuentos". ISBN 987-43-7602-3
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